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miércoles, 27 de octubre de 2010

Lunes por la tarde


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Hoy pasé por aquella plaza, la que en algún momento albergó nuestros juegos infantiles y peleas tontas. Ya la encerraron entre edificios y, como dijiste, ya no se puede tomar mates al sol.
Hablo por muchos si digo que se te extraña pero hablo por mí si digo que todavía me haces falta.
Hablo solo por mí cuando digo que los bancos verdes de la plaza, ya no son tan verdes y aquellos árboles, ya no son tan altos. Pero las hamacas, las hamacas siguen haciendo el mismo ruidito chillón... Desolado; hay cosas que no cambian.
Hay niños que ríen, juegan improvisando la vida, pero esos niños ya no somos nosotros. También hay abuelos, con la mirada perdida, pero esos abuelos nunca seremos nosotros.
Hoy pasé por aquella plaza, vos ya no estás pero yo sigo acá, los malditos y vacíos lunes por la tarde, pateando las calles con lágrimas secas y sonrisas disueltas. Sigo acá recordándote los lunes por la tarde.

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sábado, 25 de septiembre de 2010

En blanco y negro


Imágenes. Imágenes que van pasando, fotografías lejanas. Arrastrando una colección de recuerdos. Momentos. Miradas. Solo imágenes.

Te veo en imágenes. Te veo en cámara lenta. Sonriendo para mi, escondiendo tu llanto de mi.

Estoy lejos y las imágenes ya no son tan nítidas. El tiempo pasa y me va alejando. Imágenes ahora en blanco y negro. Te veo en videos. Suspirás divertido, suspirás resignado. Tu voz y tu risa ausentes. Te veo en cámara lenta, sin sonido. Pero las imágenes ya son cenizas enredándose al viento.

La bruma impone presencia y se interpone. Ya no te veo, ya no hay imágenes. Te desvaneces y mi pasado se desintegra. El olvido te cubre y las imágenes se pierden. Ya no quedan ni recuerdos.

Carta monserrtense

Cuando te pregunten quién era Domínguez: Podés decir que era el portero o, vos monserratense, podés decir que el monse no es lo mismo sin él. Contale de la cantidad de fotocopias que te sacó y de las que te salvó. Contale como miraba para otro lado para que cruzaras a Soluciones por esa copia que te faltó. Y de los mates con educorante ¿Te acordás? No te olvides de decir que era el único que sabía tocar la campana como se debe. El Monserrat tiene historia y leyendas. Podrías decirles que él ahora es una leyenda o que ya es parte de nuestra historia.
Cuando te pregunten quién era, decile que era un genio, un ídolo y que está entre los grandes.
Cuando te pregunten, a vos monserratense, quién era Pedro Domínguez. Decile, simplemente, la verdad.

viernes, 7 de mayo de 2010

"Y se sintió deshilachado"

lunes, 22 de marzo de 2010

Son las cuatro de la mañana,me tengo que levantar a las seis y el animal toxoplasmósico ese se la da de cantante de tango galán en el techo justo encima de mi cabeza. Voy a llamar a los bomberos. Me voy a comprar un rodwelleir. Te voy a bajar a piedrasos ¡Gato malo!. Todavia mejor, voy a prender fuego la casa del vecino y le voy a decir "Si, fui yo, Sr Sueldo. Pasa que tenía que incendiar algo para que vinieran los bomberos y de paso bajasen a tu asqueroso gato de mi techo". ¡Gato malo! ¡Vecino odioso!

sábado, 6 de marzo de 2010

Si te ofendí, lo siento muchísimo. Si te menosprecié, lo siento muchísimo. Si herí tus sentimientos de algún modo, no sabés cuanto lo lamento. Pero… Yo te valoro, te necesito… Quiero que empecemos a vivir buenos momentos, que tu resplandor ilumine mi rostro en las madrugadas de desvelo, que nos conectemos y podamos navegar el mundo entero. Ya no quiero que nos llevemos tan mal… Quiero que nos aceptemos y conozcamos.
¿Qué te hice para merecer esto? ¿Por qué me rechazas así? Querida tecnología, hagamos las paces, llevémonos bien. Por favor, sos irremediablemente necesaria para mi.

sábado, 27 de febrero de 2010

¿Eh?

Diálogo entre mamá y yo, un jueves a la noche.

- ¡Maaaaaa… Salgo!
- ¿A dónde vas?
- No sé
- ¿Quiénes van?
- No sé
- ¿A qué hora volvés?
- No sé
- ¿Cómo volvés?
- No sé
- Bueno, chau…

Salgo de casa sintiéndome absolutamente libre e independiente. Antes de haber dado tres pasos, me caen todas las fichas de golpe: ¿Desde cuándo? Es raro. Vuelvo.

- Ma, ¿Estás bien?
- ¿No te ibas vos?
- Si… ya me voy…
- Me tapás la tele…

Entonces me doy cuenta, no soy libre ni independiente. Mamá está mirando el final de la novela.



¿?


¡Abrí los ojos!
Mirame, mirate
¿Qué nos estamos haciendo?
¿Por qué nos estamos lastimando?

Ya no logro distinguirme,
ya no me conozco.

Dejemos de herirnos.
Empecemos a cuidarnos.

viernes, 26 de febrero de 2010

TKM

Mis sueños son confusos. Algo vibra, es la almohada o mi cabeza, no estoy segura. Me lleva varios segundos despertarme lo suficiente como para entender que es el celular. Cuando logro enfocar la titilante pantallita, veo que un fulano no tan deseable me envió un sms o mensaje de texto, como prefiero llamarlo, que dice:

“flz prmavra!! tkm spro vrt prnto bso”

Recibido: 08.32am 21/09/09

Me siento en la cama, con el móvil en la mano, la cabeza me da vueltas. Leo y releo el texto sin terminar de comprenderlo. Me despertaron a las ocho y media de la mañana, para desearme feliz primavera, en un idioma híbrido entre el castellano desvirtuado y el ruso argentinizado.
Me pregunto con desapego: ¿Dónde están las vocales? Y tkm ¿qué es eso? Mi estupefacta mente logra comprender que significa “te quiero mucho”, pero ¿tkm? ¡Quiero ni siquiera se escribe con k!
Doy un suspiro resignado, me acuesto y vuelvo a dormir prometiéndome responder el mensaje con todo el cariño que aquel fulano se merece.


Instrucciones para cruzar una avenida



Habrá usted notado cuando camina, por una cuidad, suele cruzar calles. Una calle es un espacio que puede o no estar cubierto de asfalto y que se encuentra entre el final de una cuadra y el comienzo de otra y por la que circulan vehículos en una u otra dirección. En caso que la distancia entre un lado y otro exceda lo normal y/o que dichos vehículos puedan desplazarse en ambas direcciones, la calle pasará a llamarse avenida.

En los próximos renglones usted encontrará instrucciones sencillas para llegar ileso de un lado a otro.

1- Sopesar si lo que hay del otro lado de la avenida vale el esfuerzo de cruzarla y si puede obtener eso que busca del lado en que usted ya se encuentra. En caso de optar por lo primero continúe con el siguiente paso.

2- Posiciónese a un paso de la división entre la vereda y la calle. Dicha división suele ser un desnivel determinado por una franja angosta de cemento llamada “el cordón de la vereda”. Asegurese de no encontrarse en posición paralela al piso, pues así le será difícil avanzar.

3- Avance con determinación un paso de manera tal que la pequeña parte del calzado que contiene los dedos de sus pies quede suspendida fuera del cordón de la vereda.

4- Mueva la cabeza en un ángulo de entre 45º y 90º hacia la izquierda y observe con atención si algún vehículo se dirige con dirección hacia usted. Si esto es así, analice a que distancia se encuentra y a que velocidad avanza ( y si esta es constante o no). Decida si cruzará o no en base al tiempo en que calcula que el vehículo llegará a donde usted se encuentra. En caso afirmativo avance al siguiente paso, sino espere.

5- Repita el procedimiento anterior, volviendo la cabeza rápidamente hacia la derecha.

6- Calcule el tiempo que tiene para cruzar en base a la observación realizada en los pasos 4 y 5. Decida si hacerlo o no.

7- Avance con la mayor rapidez posible, poniendo atención a los vehículos en movimiento y en especial a la velocidad y dirección de los mismos, con el fin de evitar una colisión en la que el mayor damnificado sería usted.

Nota: se recomienda no correr ni vacilar.

8- Una vez que haya alcanzado el lado opuesto al que se encontraba y sin cesar en

el avance, levantar el pie derecho lo suficiente como para no tropezar con el

cordón de la nueva vereda.

9- Detenga su andar. Gire el torso unos 90º aproximadamente para mirar hacia atrás.

Regocíjese de su triunfo.

ATENCIÓN: En caso de no haber comprendido las anteriores instrucciones, se recomienda no cruzar, sin antes buscar a alguien que le indique como hacerlo.


jueves, 25 de febrero de 2010

Pogo

Quiero que se tome conciencia de esa característica tan propia del cromosoma Y de golpear innecesariamente en el pogo.